La linfocitosis, o un recuento elevado de linfocitos, es un aumento en un tipo de glóbulo blanco de la sangre denominado linfocito. Los linfocitos ayudan a combatir las enfermedades, por lo tanto es normal que la cantidad de linfocitos aumente temporalmente después de una infección.
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¿Cuándo preocuparse por los linfocitos altos?
Según una publicación de la Clínica Mayo, para los adultos, si los linfocitos están por encima de 3000 en un microlitro de sangre, significa que son altos. En los niños, esto varía según la edad y puede estar entre 5000 y 9000.
¿Cómo curar los linfocitos altos?
Es habitual la toma de antivirales, antibióticos o antiinflamatorios. En enfermedades oncológicas, producidas por algún tipo de cáncer, es probable que haya que acudir a quimioterapia, la radioterapia o un trasplante de médula.
¿Qué nivel de linfocitos es preocupante?
En las personas adultas, un recuento notablemente mayor que 3000 linfocitos en un microlitro de sangre se considera, en general, linfocitosis. En los niños, el umbral para la linfocitosis varía según la edad. Puede ser un valor tan elevado como 9000 linfocitosis por microlitro.
¿Qué pasa si los linfocitos están altos?
Si tu doctor determina que tu recuento de linfocitos es alto, el resultado de la prueba quizás sea evidencia de una de las afecciones siguientes: Infección (bacteriana, viral o de otro tipo) Cáncer de la sangre o el sistema linfático. Un trastorno autoinmunitario que provoca inflamación continua (crónica)
¿Cómo se pueden bajar los linfocitos?
Para bajar los linfocitos se pueden combinar ambas opciones: uso de fármacos recetados por el médico así como la dieta rica en grasas y vitamina C. En el caso de que los linfocitos continúen siendo altos, se debe visitar nuevamente al médico. Este podrá determinar si la causa es de mayor gravedad.
¿Qué puede bajar los linfocitos?
Los valores bajos de linfocitos (linfocitopenia o linfopenia) en sangre pueden ser debidos a numerosas causas. La mayoría de las veces es por causas adquiridas y no suelen tener un componente hereditario. Las más frecuentes son: Infecciones: VIH, gripe, tuberculosis miliar, fiebre tifoidea.